El camino lógico o que tradicionalmente se recomienda
seguir en las propuestas de estrategia de negocios se inicia en la formulación
o revisión de elementos “blandos” como lo son la Visión Organizacional, Misión
Organizacional, Principios y Valores organizacionales y desde allí llegar como
desagregado al plan de crecimiento en ventas para luego iniciar todo el enredo
matemático que induce el análisis de precios, la incorporación de variables
macroeconómicas, segmentación de mercados, en fin una serie de actividades que
son necesarias y que toman mayor importancia a medida que las organizaciones se
hacen más grandes.
Paradójicamente las organizaciones de menor envergadura y
denominadas MPYME son las que representan oportunidad de empleo a más del 70%
de la población activa de cualquier país. Son estas organizaciones las que
adolecen de falta de personal calificado para adaptar las metodologías de
estrategia disponibles. Esto crea la primera barrera real que deben superar las
organizaciones en su proceso de crecimiento.
Otra realidad es que en las empresas el 80% del personal
contratado esta en posiciones de la cadena productiva y son estas posiciones
las responsables de utilizar la infraestructura de la organización para la
transformación de insumos en los productos requeridos por la fuerza de ventas.
En la medida que las organizaciones son más pequeñas es mayor el impacto
negativo que puede causar la mala utilización de los recursos.
Estas dos consideraciones son las que motivan a proponer
un camino distinto en esta propuesta de estrategia de crecimiento. Si bien esta
propuesta puede ser adoptada por organizaciones de gran tamaño el camino
sugerido es mucho más conveniente para organizaciones de tamaño modesto en
donde fortalecer, en primera instancia, todo lo relacionado a la cadena
productiva es la estrategia más inteligente a seguir.
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